Luego de Latin lover, Bellas y ambiciosas debe ser la segunda novela erótica más popular de la red. Y es que motivos no le falta. Sobre todo por estos lares donde podemos sacar pecho de haber sido parte de la producción de las dos únicas novelas de la región con contenido para adultos. Lástima que la historia de esta segunda producción está relegada a los más "curiosos" del internet y que sus entretelones se limiten a alguna nota de prensa y una entrevista de Karen Dejo que puedes encontrar en el ciberespacio (en la cual indica que le pagaron muy bien). A pesar de esto, la producción que fue vendida como la segunda parte de Latin lover y que desde ya digo no tiene nada que ver más que el de una estrategia publicitaria es un culebrón con un punto de partida más antiguo del que pensarían. Y es que Bellas y ambiciosas está pensada como aquellas novelas de nuestras abuelitas. Al más puro estilo de Los ricos también lloran o El derecho de nacer, debe ser que la coproducción venezolana metió mano y quiso imprimir sello para que no quede todo en el mero sexo. Que al fin y al cabo puede ser lo más importante. Todo dependiendo del ojo con el que la mires. Y de si quieres profundizar más allá de esa luz blanca tan de cine para adultos y el sexo simulado, por supuesto.
La historia, como toda novela, arranca con una vieja abuela que, obviamente, es millonaria. La interpreta Mabel Duclos que siempre que sale en escena tengo mis dudas si sabía o no en lo que estaba metida. Inmediatamente vemos el punto de inicio de la trama central. La hija tiene un amorío con un sirviente x y justo cuando consumaban su amor entre pajas y pajas (las que comen los caballos) es interrumpida por su madre. Afortunadamente, el empleado dejó su semilla para que germine antes de ser echado de la hacienda. Como manda el manual, la hija da a luz y muere. Y la abuela reniega de la nieta y se la entrega a una de las sirvientas.
Lo bueno de Bellas y ambiciosas es que la historia avanza de una manera que ni Kubrick en 2001 lo hubiera hecho. Y no solo eso, sino que es sincera. Quizás no tenga sentido. O sea simple desnudo injustificado. Pero en el primer corte han pasado veinte años y ya vemos a la protagonista (que intuimos que relación tiene con la historia previa) completamente desnuda metiéndose al mar de Lima.
Y es que este tipo de escenas se repite a lo largo del primer capítulo y es una constante en toda la serie. Por ejemplo, la pareja que roba de una manera tan ridícula que no importa el hecho sino el que se termine acostando de una manera tan enajenada. Y esto también es constante en algo que podríamos pensar se trata de ninfomanía. Pero esto es demasiado serio para algo que no lo es. Un poco más de lo mismo es el rol que juega Silvia Caballero a lo largo de la trama. Una mujer de negocios que quiere evitar que la abuela encuentre a la nieta. Todo bien hasta ahí. Pero tiene más de una escena de sexo tan injustificado que basta que se le pare un hombre enfrente para saber en qué va a terminar el asunto. Ya de la asistenta mejor ni hablamos. Aunque, curiosamente, hay un halo de morbo -incluso ella tiene un estereotipo sado-bondage por la vestimenta-, dentro de sus escenas ya que, creo, fueron hechas por una doble. Aun así, el personaje es tan surrealistamente pornográfico como el de una morena que sueña con el protagonista pero se acuesta con medio mundo tan fácil como cuando se quita los lentes... y la ropa.
Al igual que Latin lover y sin estar basado en una novela más seria, los personajes de Bellas y ambiciosas no son del todo vacíos. Las mujeres, sobre todo. La protagonista junto con su amiga tienen problemas económicos. La mayoría de ellas desempeña un rol con cierto toque de realidad en un mundo poco explotado como el casino y los businessman. En el caso de la policía -interpretado por la peruana Johany Vegas-, se inmiscuye en una trama "negra" que ¿adivinen? la lleva a acostarse con más de uno. Pero lo interesante puede ser esa tensión sexual inicial con su compañero de armas con el cual... también termina acostándose. Y si empujamos un poco más nuestro cerebro por buscar sentido en este despelote de siliconas, tiene un admirador que es el amigo del protagonista (mismo que no tiene problemas de acostarse con otras mientras tiene sueños eróticos con Johany). En el caso de Karen Dejo, su personaje se asocia más al título de la novela. Sin ser la protagonista ni la villana, su rol es más secundario de lo que uno se imagina. Aunque en buena parte la popularidad (en la red) de esta novela es por ella. Karen Dejo es la novia del protagonista al principio de la novela, tiene una introducción súper tontamente justificada solo por ser Karen Dejo bailando semidesnuda y es con ella con la que el primer capítulo cierra dejando un cliffhanger que ni Juego de tronos en final de temporada. Después se ve inmiscuida y/o atrapada en un negocio de scores. Algo que la atrae por el mundo de lujos y placer, y que el pobre protagonista que es maestro es lo único en la que no la puede "satisfacer". El lado débil de los personajes femeninos viene por parte de la protagonista que es tan ingenua como todas pero con pechos grandes. Mientras que la amiga es una tonta que no aporta mucho salvo el sexo casual repetitivo. Y si no tiene sexo, esta semidesnuda. Aparte de una que otra escena lésbica con su roommate muy de vergüenza ajena.
Sobre las escenas de sexo, como escribí al final del primer párrafo de la entrada la luz blanca es casi obligatoria. Algo que comparte con Latin lover es que algunas actrices son más "profesionales" que otras. Mientras que el erotismo tiene mucho de movimiento parsimonioso aunque no tanto como en Latin lover. La dirección le deja el trabajo al montaje que hace lo que puede con una iluminación súper oscura o... ¡esa maldita luz blanca! Aquí más que la escena en sí misma, decae mucho en los decorados en comparación a Latin lover. Pero si algo resalta puede ser su atrevimiento. Y es que Latin lover estaba metida en interiores. Mientras que Bellas y ambiciosas tiene un par de escenas en la playa más que memorables. A eso se le suma secuencias sacadas de un clip para carwash que cruzan el límite de lo risible por lo burdas. Ironías de la vida, estas escenas justificadas por "el calor" del día pueden ser lo más sexista por parte del guion pero lo son tanto como los carteles que vemos en una mecánica o los comerciales de cerveza. Cada corte para comerciales siempre deja al televidente con el comienzo de la escena hot. Supongo que lo hace para que nadie se mueva. Así que si la ves te recomiendo que tengas los clínex a la mano.
Y es que Bellas y ambiciosas no es un trabajo de calidad, pero a pesar de no tener a la playboy detrás como Latin lover, no hay mucha diferencia. Una es un culebrón por el puesto en una telenovela. Un toque meta ficcional que solo justifica las escenas de sexo. Mientras que Bellas y ambiciosas te ofrece un mundo de mujeres que hacen honor al título de la novela. Y son las propias mujeres las que justifican el sexo visto. La mayor diferencia puede ser que una es más acartonada que la otra. ¿Adivinen cuál?