En su rol de profesora a la que medio mundo se la quiere comer, esta es una mas de las películas de una sutileza que solo en la Italia de la época puede comprometer los conceptos de comedia y erotismo sin llegar a ser burda o vulgar.
Muy distinta a la comedia juvenil de los noventa o años posteriores, La profesora tiene un encanto natural tan particular que la primera vez o la revisión, seguramente, dejará en ti una sonrisa de oreja a oreja. Y es que por mas que la película muestra "carne" con lo cual no defrauda, también tiene una inclinación bastante "romántica", especialmente, en el objetivo final de una premisa no tan bien definida ya que la aparición de "la profesora" tarda y/o se interrumpe por algunas maromas estudiantiles de comedia típica.
Justo es así como empieza la película, el salón de clases es un nido de desadaptados a la cabeza de los tres personajes principales (uno de ellos Alvaro Vitali). El solo listado de alumnos, el cual se repite mas de una vez, se usa como pretexto para el humor chocante ya que rompe el principio por respeto a la autoridad, pero estamos en una comedia así que todo se permite. Como ese "sapeo" de los "pendejillos" al baño de mujeres que, irónicamente, conecta con el baño exclusivo del director. Vemos un par de estudiantes cuyo tema de conversación son sus pechos los cuales están descubiertos todo el tiempo, incluso hasta se toquetean entre ellas lo cual hara subir la temperatura a los sapos.
Luego de esto la película tiene varios "giros". Por un lado comienza con la presentación del protagonista teniendo un sueño húmedo con Emmanuelle (nadie lo puede criticar). Pasado el primer tramo, donde el punto es el profesor de literatura sustituto, la historia toma forma. El chico tiene que ir de viaje con su madre, pero para eso necesita ser corregido academicamente. Y como el padre se sacude el problema contrata a una profesora particular: Edwige Fenech.
De ahí en adelante la cinta nada por terrenos increíbles mucho mas fáciles en esas épocas que en las actuales. Vemos una estereotipada simulación del homosexual y la conclusión de que ser gay, o parecerlo, es un camino fácil para tirarse mujeres. Llegamos a un punto en donde, prácticamente, el protagonista dopa a la Fenech en un intento, clarisimo, de abuso. Pero todo es tan divertido que de las intenciones no pasa ni se concreta como tal -para lastima del listillo-, sino mas bien termina con la Fenech con los pechos al aire defendiéndose con un rifle. Los padres del pajerillo son todo un caso. Los dos caen en, prácticamente, sugerirle a la maestra que le enseñe (su) anatomía para salvarlo de la homexualidad o del aburrimiento.
La cinta no tiene mayores subtramas (la sirvienta todo uso y que se escandaliza cada dos por tres; la pareja de casados que no tienen sexo; etc.). En algún momento, mientras le da una pausa a la relación de conquista del chico, vemos gags. Y en cuanto a las escenas, es una película protagonizada por la Fenech así que la consigna es explotar su sensualidad. Desde una sutil subida por las escaleras, una ponchada en primer plano de sus piernas al abrir la puerta del coche o el semidesnudo. Y, finalmente, la escena clímax de sexo simulado.
Ya en su trama final, la historia satiriza en algo con respecto a lo que una persona puede hacer, sobre todo aquellos que tienen el poder, para satisfacer los gustos de los hijos o de aquellos lame botas de instituciones que se venden al diablo con tal de ascender a un puesto mejor. Insisto que los terrenos son cómicos. Y el desenlace termina siendo mas romántico que gracioso (la ultima frase lo confirma). Y es que en este tipo de cine, todos siempre quedan contentos -comenzando por el espectador-, satisfechos -especialmente los alumnos-, y cediendo a las perversas intenciones de pajerillos con suerte y dinero -particularmente, la Fenech-.