Con una desafortunada emisión en salas, Quiero Saber, es una obra independiente de alguien como Julio Andrade que invierte su dinero, esporadicamente, en películas (Jugo de tamarindo fue su ultima "aportación" al mundo del cine) que tendrán mas o menos repercusión al igual que su carrera musical. Y que al final siempre se queja de que pierde mas de lo que gana.
El film -que tiene una idea concisa del traslado del personaje femenino principal-, goza de un par de méritos que no sé si la película basada en su hit tienen. Por ahí la idea mejor planteada (en el papel) es la de una joven que vive una aventura de nivel sexual en un ambiente exuberante como la selva piurana. Pero no deja de ser la típica estructura de guion del matrimonio y la jovencita desconocida. Aunque, afortunadamente, no cae en facilismos de pareja frustrada y en la decadencia de su vida marital. Lo que se lee muy explicitamente en la "escena de la película" daría que pensar en el papel y los argumentos del personaje de Julio Andrade para hacer lo que hace. Lo cierto es que ya explicaré, en las lineas finales, mi teoría de las justificaciones por protagonizar las escenas que lo importante de las mismas.
Continuando, a nivel de dirección, el paisaje esta relativamente aprovechado, pero también vemos muchos defectos de ritmo o nula aportación con ingredientes clichés como del chaman, el viaje místico con ayahuasca incluido o los propios brebajes exóticos.
La película parte con unas tomas sencillas de la plazuela de Catacaos llena del trafico tan local impuesta por los vehículos caseros de la zona. Luego vemos la introducción de la protagonista quien es una "joven" en una fiesta de ¿promoción? que sufrirá un intento de relación sexual forzada. La idea no es del todo concisa pero es lo que provoca la huida a una especie de retiro en la selva. Lo malo es que los personajes de inicio todavía se conservan en una subtrama que ni al caso (salvo que quieras ver el nivel actoral de Jean Paul Strauss).
Durante los cuarenta minutos de la película vamos percibiendo lo que realmente quiere provocar o exhibir al espectador -hacer caer en tentación al personaje de Julio Andrade-. Y si bien lo que antecede es un baile sugerente de la actriz Marissa Minetti con taco 15 a ritmo de lo que me suena a conga africana; la gran escena de la película se encuentra en el placer voyeur que se atreve a poner en pantalla. Voluntariamente nos ofrece un efecto metaficcional ya que lo que la protagonista ve nosotros también lo vemos. Es una escena para masturbarse como realistamente lo hace la "sapa" de la protagonista. Quizás en "la escena de la película" se vea también el déficit de la dirección ya que la cámara en primera persona o subjetiva no logra el plano intimista que debería.
Ya luego sigue una segunda escena de sexo que esta al borde de la linea entre lo pervertido, y lo ilógico y difícil de creer (aunque no dudo que no suceda en algún lugar del mundo). Y un acto final digno de cualquier capitulo de Mujer, casos de la vida real. Aunque siendo justos y bondadosos el sexo de la película no es completamente gratuito pero tampoco tiene el desenfreno como lo que vemos en Django (¿quizás por eso no tuvo éxito?).
Ahora, haciendo un paréntesis, es mas que obvio que aquí se nota la letra pequeña del contrato o la ganancia de Julio Andrade como productor de la película quien dice, "si yo pongo dinero; yo la escribo; yo protagonizo; entonces, yo me 'tiro' a las mujeres de la película".
Y, efectivamente, Julio habrá perdido dinero haciendo películas de medio pelo que nadie ve (en salas de cine), pero por lo menos la experiencia de tirarse a todo el reparto femenino (la mayoria famosas del medio televisivo peruano) nadie se lo quita.
Y, suponemos, hizo lo mismo en Jugo de tamarindo, aunque aquí creo que ya es mas descarado. Como para cantarle, "se la lleva fácil...".