Efectivamente, la película es una hija de su padre y se puede ejemplificar en sus deficiencias y carencias con la etiqueta de "fracaso de director". A pesar de esta realidad indefendible, el cine tiene la curiosa cualidad de que en el tiempo los directores y sus obras logren un status que en en un primer momento no se les aprecio o se les negó.
Mientras que otras piezas de ese cine mas comercial como el que vive -o vivía antes de la pandemia-, el cine nacional, pasan como aves sin dejar huella alguna mas que el hartazgo de la repetición y la monotonía.
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La Carnada (Marianne Eyde, 1999)
A diferencia, el cine de Leonidas Zegarra vive, por lo menos en algunos sitios en internet, una especie de culto bien consciente de la autoria. No hay pretensiones en quienes han visto su cine o algo de el, en sobrevalorar sus films. Quizás, como la mayoría de autores de culto, les pasa que las nuevas generaciones son mas benévolas con lo antiguo ya que eso mismo pareciera pertenecer a un tiempo desconocido del cual son mas "buenitos" y menos "críticos".
Con Vedettes al desnudo, descubrimos el cine kitch peruano, único en estos tiempos. A pesar de que esta película esta totalmente alejada con el cine de ahora, si podría ser comparado con ese cine tan peruano de los años 80's y finales de los 90's. La película es como si cualquier periódico chicha de esos años en los kioskos de la esquina cobraran vida en imágenes en movimientos. Las vedettes, fijas en las portadas y contraportadas, cobran vida por obra y gracia de una cámara intimidadora con el espectador que regala los primeros planos que puede. Mientras que el serial de crónica roja tan amarillentista enmarca el cuadro de las paginas centrales de esos diarios. Incluso el lenguaje -que resulta familiar y tan alejado de imposturas como el de la segunda parte de Django-, tiene su atractivo. Aquí la jerga peruana sobre estima lo orgánico y es casi pornográfico.
Mención aparte merece la participación de un icono de nuestra cultura popular chicha. Susy Diaz es el escalafón inicial y final en una obra consciente de lo que es. Y que no duda en advertirlo al espectador. Como muy pocas se atreverían hacerlo, se nos dice que esta es "la peor película". No le falta razón. Y por eso, las dedicatorias a un critico de la televisión que sus ojos no verían con placer esta película. Ademas que también le mete su chiquita a unos profesores de la universidad a los que Leonidas achaca el fracaso de su cine y de su propia vida.
Finalmente, Vedettes al desnudo, es una obra remontada de una película inicial, como ya mencionamos, en esta película dentro de otra, mal haría el espectador en tratar de entenderla. Tampoco puedo atreverme a decirles que la disfruten. Es una película que si bien sus 77 minutos son confusos y lo único que te puede generar interés son sus momentos de sexo (casi) explicito, tiene algunos méritos, especialmente, los iniciales.
Muy aparte de las coñas autoconcientes como el nombre de la productora con un logotipo mas que sugerente, la música y el uso de la entrada "a lo star wars", o los créditos rojo carmesí mientras escuchamos de fondo la banda sonora robada de Psicosis de Reanimator, la fotografía decadente (con elementos directos como los consoladores) y el montaje burdo que se nota según "la calidad" del fotograma; Vedettes al desnudo empieza con un impacto que pocas películas peruanas se atreverían (aunque el cine regional peruano si que lo hace): un asalto sexual donde vemos necrofilia y un cuerpo desnudo colgando. Lo vemos. Y eso ya es un merito por hacer lo que quieres... o lo que puedes.