Luego del fin de la censura en américa y con la llegada y boom del vídeo home o VHS, ocurrió un fenómeno en el mundo que explotaba, unos mas cinicamente que otros, la figura femenina en pseudo- comedias que eran mero pretexto para mostrar carne.
En la región, México y Argentina fueron abanderadas de este genero que algunos conocen como "sexy comedias" o "comedias picaras", como etiquetas de uso en pantalla durante y después.
En nuestro querido Perú, el asunto no tiene referencias (o al menos yo no las conozco) debido a que nunca hemos sido una industria cinematográfica, así que este tipo de comedias se han visto mejor "aprovechadas" en la tv peruana en la década de los noventa y dos mil gracias a los programas cómicos que desprejuiciadamente a modo de sketch desvestían a nuestras vedettes sin pudor y en horario familiar ¿recuerdan?.
Pero también existió en nuestra pantalla seriales que mas o menos hacían lo mismo solo que lo maquillaban como capítulos de ficción "basados en hechos reales" y donde "la gracia" del asunto era presentar historias donde el hilo conductor era el sexo o terminaba en sexo, todo lo permitido en televisión. Me estoy refiriendo al bien recordado Decisiones que era una versión adulta de La rosa de Guadalupe o la misma Mujer, casos de la vida real (que ahora mismo se esta repitiendo en tv abierta).
Casi siempre repetitivas y bochornosas, los casos en decisiones importaban menos de lo que podrías pensar y la veías por la tensión de saber en que momento una actriz se comenzaba a desvestir, tomaba una ducha en planos sugerentes mientras corría el agua por su anatomía o de frente podíamos gozar con la escena de cama respectiva. En esta serie, en lo personal, recuerdo mucho los capítulos protagonizados por la peruana Rossana Fernandez Maldonado.
¿Pero, a que viene esta larga introducción? Simple, esta película mexicana me recuerda a un largo y extenso capitulo de la mítica Decisiones.
En primer lugar planteamos una situación donde el gancho de interés es el sexo. Para eso necesitamos dos cosas: que la protagonista se pase de buena y comenzar con una escena de cama. Pues cumplidas estos dos requerimientos la película se deja caer por inercia.
Lo que podría ser una comedia de vanguardia gracias a que el guion propone un problema poco visto pero ¿por qué no? existente, se comienza a perder en sus propias intenciones debido a que el guion redunda en su leitmotiv: el cybersexo. Se estanca en el primer acto y una vez destapada la olla no deja lugar a que se cocinen nuevos ingrediente sino que recalienta el mismo plato.
Así pues, nuestro protagonista pasa de ser un hombre impotente en el sexo real debido a su adicción por las citas en internet. esto traerá problemas ya que su mujer, una espectacular Barbara de Regil -que pareciera que en cualquier momento va a reventar esos vestidos que usa-, necesita mas "atención" de la que él le puede dar y no se conforma con ser comparada con una maquina o lo que ocurra en ella. Tanto así que se deja caer el argumento que preferiría el engaño real al virtual con cierto sentido ya que como mujer puedes competir con otra mujer pero ¿con un programa virtual?.
Lejos de la comedia ligera, pareciera que hay un breve avance cuando se discute la real importancia del sexo en una pareja bastante dispareja pero dentro del canon (Barbara de Regil no andaría con este pata en la vida real); es cuando en un intento por entender esta rara afición que se vuelve una adicción (definido como algo que no se puede dejar pensando lo contrario) es donde el guion decide que sea la propia protagonista la que se meta a este mundo de teclas y perfiles falsos.
Aquí hubiera significado un avance importante porque dejábamos de tener dos lados definidos por uno mas ligado a la experiencia propia y a la iniciación la cual no vemos por parte de él. Pero, lamentablemente, el guion como la dirección se vuelve tímido y decide no desarrollar mas casos o situaciones como el de la redundante cita frustrada. Entonces la acción siempre se queda en la intención de los personajes pero que no son capaces, los dos, de ser infieles en la vida real. Por mas que se aventuran o desafían entre ellos a desarrollar una relación real y no virtual.
Finalmente, esto desencadena una crisis marital de frustraciones confusas. Lo que termina en una aceptación por parte de ambos en su nueva convivencia "tecladofilica". Así pues, la rutina del cybersexo deja de ser el problema inicial para convertirse en una pareja "sexomática" si es que el termino existe.